El compartir con los niños y niñas de la Parroquia, me hace vibrar cada día porque con su alegría e inocencia, me muestran a un Dios que sale a mi encuentro en una cultura que no es la mía pero que ya hace parte de mí.
Esta niña que miran en la foto me recordó lo que nos dice la palabra de Dios “Hay más alegría en dar que en recibir”. (Hech 20,35).
Recuerdo que estábamos trabajando con un grupo de niños y niñas en la parábola de la oveja perdida y para dinamizar la explicación de la misma, escondí medio paquete de dulces y los invite a que lo buscaran, les dije que quien lo encontrará se quedaba con el paquete.
También los invité a que pensaran que cada uno de ellos era Jesús y el paquete de dulces, la oveja perdida.
Después de tanto buscar, la niña encontró el paquete y le pregunté: ¿Qué sentiste al encontrarlo? Ella me respondió: mucha alegría porque me gustan mucho los dulces. Entonces para mi sorpresa empezó a repartir a los demás compañeritos los dulces con una alegría y una sonrisa que me conmovió hasta lo más profundo de mis entrañas porque ella hubiera podido guardar los dulces sin embargo ahí mismo los compartió y solo dejo uno para ella. Eso me impactó muchísimo porque fue capaz de renunciar a los dulces que le gustan tanto para alegrar a sus amiguitos.
Que rico que al igual que esta hermosa niña nosotros sintamos más alegría en “dar que en recibir” pues en ocasiones nos cuesta desprendernos de las personas y cosas que queremos pero cuando lo logramos hacer, sentimos una alegría y satisfacción tan grande que nos estimula a seguir alegrándole la vida a los demás.
Soy feliz que pueda recibir y tener noticias de esta linda experiencia que Dios te regala, lei todos los articulos y de verdad que llega al corazon pues se comprende porque el Evangelio o sea Cristo llama bienaventurados a los pobres porque la unica riqueza es Dios, El se hizo pobre para enriquecernos con su amor. Gracias.
ResponderEliminarP. Miguel Oñate