sábado, 20 de octubre de 2012

LA GRANDEZA DE LA PALABRA DE DIOS

Todo ser humano anhela conocer el secreto para alcanzar la felicidad. Busca en diferentes fuentes para alcanzarla pero en muchas ocasiones se siente decepcionado porque cree que la felicidad es muy dificil de alcanzar.
El Señor que es Maestro de maestros, nos ha proporcionado todas las herramientas que el ser humano necesita conocer para ser feliz. Enotnces ¿cuándo alcanzamos la felicidad? cuando nos sentimos realizados, cuando se nos hace realidad nuestros sueños, cuando hacemos felices a los demás.
¿Dónde podemos encontrar los parámetros para alcanzarla? hay diferentes fuentes que nos pueden ayudar pero la que yo considero fundamental es la "PALABRA DE DIOS". Si tan solo alcanzáramos a ser conscientes de la grandeza de ella, nos motivaríamos a conocerla muy bien y la aplicaríamos a nuestra vida. Nos daríamos cuenta que si ponemos en práctica todos los consejos que hay en ella, lograríamos avanzar a "paso de gigante" en nuestra realización personal.
Termino esta corta reflexión con esta frase que me encanta: "TODO ES POSIBLE PARA EL QUE CREE". Asumamos el reto de creerle a Dios que en su Hijo nos hizo una propuesta de vida verdadera: "EL MANDAMIENTO DEL AMOR".

PEQUEÑAS GRANDES TRANSFORMACIONES


Desde el mes de agosto, he tenido la oportunidad de estar en un lugar hermoso, pacífico, lleno de mucho silencio y paz. Me he detenido a reflexionar un poco en las pequeñzas grandes transformaciones que podemos hacer en nuestros contextos propios donde nos encontramos.
En estos momentos me encuentro en Tanzania Africa en una Escuela de Lenguas llamada "Makoko Language". Un día se me ocurrió la idea de empezar a escribir pequeñas frases en el tablero para mirar la reacción de aquellos que las leían. La primera que escribí fue  SE FELIZ, y descubrí que los que la leían me preguntaban y ¿por qué ser feliz? si yo soy viejo, tengo problemas.... El segundo día escribí  SONRIE  y todos sonrrieron fácilmente. El tercer día escribí ¿CUAL ES TU MOTIVACION PARA ESTAR AQUI? y algunos me respondieron que no sabian, otros que no entendían la pregunta, otros que luego me la respondían. Pero lo más curioso es que al cuarto día escribí DIOS CONOCE TU CORAZÓN y todos me dieron la razón y respondieron sí Paty es muy cierto.
Después de orar y de tratar de interpretar las reacciones de mis compañeros y profesores llegué a la conclusión de que queremos sonreír pero no queremos ser felices porque no tenemos motivaciones claras que nos impulsen a buscar la felicidad verdadera. Sabemos perfectamente que Dios conoce nuestros corazones pero no somos del todo conscientes de lo que eso significa. De ahí que el reto que tenemos es revisar nuestras intenciones cada vez que realicemos algo. ¿Acaso lo hacemos con amor? ¿qué queremos lograr cuando hacemos algo?
Continuaré con mi investigación para descubrir desde un conocimiento claro de la realidad cómo contribuír para ayudar a hacer pequeñas grandes transformaciones en este hermoso lugar.
Y tú que puedes aportar para ayudar a realizar  pequeñas grandes transformaciones en el lugar  donde te encuentras?.