Sonreir en medio de las alegrías y tristezas de la vida es todo un arte en el que estamos llamados a ejercitarnos cada dia.
Recuerdo que cuando era pequeña mi profesora de danza me decía: "Cuando bailes el sanjuanero Paty, debes sonreir todo el tiempo". Ahora cuando hago una mirada a mi vida reconozco que en el baile es fundamental sonreir porque contagias tu alegría a las personas que te estan viendo bailar. Pero sobre todo, he constatado que por medio de la sonrisa se puede transmitir a los demás todos los sueños, esperanzas, anhelos que llevamos dentro.
De ahí que mi estadia en Africa ha sido muy enriquecedora para mi vida religiosa misionera porque tanto los Samburos como los Turkanas me han enseñado que se puede sonreir en medio de la escases, de las dificultades y se puede disfrutar del compartir con los demás, de las pequeñas cosas de la vida.
Doy gracias a Dios porque lo he podido descubrir en la sonrisa de muchos hermanos y hermanas con los que comparto a diario. De igual manera a mi equipo misionero, porque con su alegría y entusiamo me contagian las ganas de transparentar el rostro de Dios en estas tierras africanas.
Que no nos cansemos de sonreir y de descubrir a un Dios que es alegría y amor en medio de nosotros pues "en la medida que nos humanizamos, nos divinizamos".
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