En uno de los viajes de Nairobi a Tuum que es larguito y por una carretera no tan buena, veníamos en el carro el equipo misionero cuando de repente nos encontramos unos cuantos elefantes en el camino ya que es fácil encontrar diferentes clases de animales durante el viaje y como era la primera vez que veía elefantes tan cerca y más en el camino, yo me emocioné mucho y empecé a tomar fotos.
Un carro estaba delante del nuestro y tuvimos que esperar que pasaran los elefantes de un lado al otro de la carretera pues es peligroso pasar cerca de ellos. Después de unos más o menos 5 minutos seguimos el recorrido cuando de pronto yo miro un elefante solo y les digo a mis compañeros toda contenta: “miren un elefante solo” y el padre que estaba manejando me miro todo asustado y me dice si? Donde? Y le mostré y cuando me dice: “hay sigamos rápido porque cuando un elefante está solo es más peligroso que si está en manada porque puede estar enfermo o tener crías y pueden atacar más fácilmente”.
A veces el peligro está tan cerca que cuando estamos nuevos no alcanzamos ni a imaginarlo.
Un carro estaba delante del nuestro y tuvimos que esperar que pasaran los elefantes de un lado al otro de la carretera pues es peligroso pasar cerca de ellos. Después de unos más o menos 5 minutos seguimos el recorrido cuando de pronto yo miro un elefante solo y les digo a mis compañeros toda contenta: “miren un elefante solo” y el padre que estaba manejando me miro todo asustado y me dice si? Donde? Y le mostré y cuando me dice: “hay sigamos rápido porque cuando un elefante está solo es más peligroso que si está en manada porque puede estar enfermo o tener crías y pueden atacar más fácilmente”.
A veces el peligro está tan cerca que cuando estamos nuevos no alcanzamos ni a imaginarlo.